miércoles, 19 de noviembre de 2014

Saltar al vacío (castellano)

De alguna manera, siento que nuestro destino era acabar juntos. Sin embargo, nunca pasó. ¿Por qué? Me parece que, entonces, no fuimos lo suficientemente valientes para afrontar ese destino y esforzarnos por cumplirlo, para que esto funcionase. Éramos tan jóvenes, tan tímidos, tan prudentes, como pajarillos asustados. No conocíamos el amor y nos daba miedo descubrirlo. Nos conformamos con nuestra dulce amistad.
 Y ahora... ¿qué? ¿Es demasiado tarde ya para cumplir ese destino? Me temo que sí. Ahora, que tú y yo hemos crecido, que ya no somos pajarillos asustados. Podemos hacer frente a muchas cosas sin asustarnos, sólo manteniéndonos firmes. ¿Pero qué pasa con nosotros? ¿Seguimos teniéndole miedo? Sé que no obedecimos al destino en su momento, y ahora querría volver atrás, y hacer que pasara lo que debió suceder entonces.
 Te miro y no eres el mismo. Sigues siendo tú, a tu manera, pero has cambiado. De la misma manera que yo he cambiado también. Somos más mayores, algo más serios y sabemos que hay temas con los que no se puede jugar. Como el amor.
 Mantenemos nuestra dulce amistad. Y nos ceñimos a ella. No fuera a romperse si alguno de los dos se sale del papel. Estamos en algo así como un punto muerto. Podríamos dar un paso más, sólo alguno de nosotros dos... ¿y qué habría al otro lado? Es difícil de decir.
 Realmente me gustaría descubrirlo. Saltar al vacío. Cerrar los ojos y sólo dejarme llevar. Pero correría el riesgo de perderte para siempre. ¿Y eso compensaría? No lo sé. ¿Y si sólo te queda cariño para mí? No lo sé.
 Dame un abrazo, inocente, como todos los demás. Mientras tanto, pensaré qué hacer. Y, antes que me dé tiempo de pensarlo, me lanzaré al vacío. Sólo espero que me cojas la mano y vueles conmigo.