martes, 27 de diciembre de 2011

El armario (castellano)

 El armario sigue ahí, en el rincón, con las puertas cerradas. ¿Sabes?, todavía está vacío. No he sido capaz de abrirlo de nuevo, de ocupar sus estantes otra vez. Quizá ya esté lleno de polvo. Tengo miedo de que, al abrirlo, lo poco que quede de ti en esta casa se vaya para siempre. Creo que aún huele a ti, a tus jerséis y a tu colonia, conserva el olor de tu piel.
 A veces, me entra el deseo de abrir sus puertas, por última vez, y sentir tu olor de nuevo, aunque sólo fuese una vez más. Sentir, de nuevo, que estás a mi lado, que me apoyarás pase lo que pase, que nunca me abandonarás. Pero, de repente, recuerdo que, si lo hiciese, te perdería para siempre, que la poca presencia que queda en casa de ti se desvanecería para siempre jamás. Mi corazón da un salto y huyo de la habitación, donde está el armario, como si temiese que hubieras escuchado mis pensamientos.
 Puede que nunca más nadie vaya a usar ese armario. ¿Dejar que otro lo llene de sus cosas? Me estremezco sólo de pensarlo. ¿Sustituirte por otro? No podría. Así que el armario sigue vacío, en su rincón, conservando lo poquito que me queda de ti.
 Aun hoy, recuerdo esa noche, cuando te marchaste sin poder decir un sencillo adiós. Al llegar, tu mano ya estaba fría y tu rostro pálido. Ojos vacíos de toda expresión. ¿Por qué?, me sigo preguntando. En ese momento no lo entendí, pero ahora sé que perderte a ti significó perder un pedazo de mí, y uno muy importante. Quizá es por eso que no me atrevo a abrir el armario, porque si lo hago, ese cachito de mí me abandonará y seré una cáscara vacía.
 Pero, hoy, me siento débil y estoy cansada de huir y tener miedo. Me tiembla la mano, pero he decido hacer algo que pensé que nunca haría. Mis pasos son vacilantes. El pomo cede fácilmente y la puerta se abre. Sale un soplo de aire cálido de dentro que huele a ti y susurra un dulce "te quiero"... En un momento, todo eso se desvanece como si no hubiese existido nunca.
 Por primera vez, miro el armario abierto y me doy cuenta que, ahora sí, está completamente vacío. Ya te has ido para siempre y yo no puedo hacer otra cosa que echarme a llorar. Cierro el armario de un golpe y, por última vez, huyo de esa habitación. Tu ausencia duele demasiado.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Dormir. Comer. Pasear. Jugar. (castellano)

Dormir. Subirme a la cama. Despertarte. Comer. Pasear. Dormir. Jugar. Ladrar un poco para que me hagáis más caso. Mendigar migas. Dormir. Subir al sofá clandestinamente. Robar calcetines. Pasear. Traerte la pelota. Jugar. Dormir. Llorar cuando te vas. Esperar atenta delante de la puerta. Saludarte cuando llegas a casa. Roncar mientras estudias. Soñar que duermo. Soñar que juego. Dormir. Dar mil vueltas por casa para curiosear. Llevarte la correa. Pasear. Derretirme cuando me rascas detrás de la oreja, sí, sí, justo ahí. Hacerme la muerta cuando me digas "¡pum!". Ser obediente con el 'sit'. Jugar. Dormir mientras me acaricias. Hacer de aspiradora por la cocina. Pasear. Intentar cazar palomas por la calle. Saludar otros perros. Esperarte en la puerta del súper. Dormir. Comer. Pasear. Jugar.
Básicamente, quererte.

 Gina, mi tesoro 

miércoles, 14 de diciembre de 2011

La infancia (castellano)

  Ah, qué hermoso paisaje, qué hermoso. Hoy mi corazón se ha visto turbado por recuerdos brillantes, tan brillantes que mis ojos han tenido que desprender lágrimas, a causa del dolor de mis vivencias  pasadas. Numerosas imágenes han sucedido en  mi mente como una película. Pero hace tiempo que apenas tengo fuerzas para comer, para caminar, las fuerzas que me restan las uso para vivir. Hoy, al romper el alba, ha venido mi hijo, junto mis nietos, para llevarme a un lugar impregnado de emociones pasadas. Una granja, pero, ¿era una granja? No, no era una granja, era LA granja. La granja que me vio nacer, la granja que vio crecer, madurar. Cada piedra, cada planta, traía consigo sensaciones pasada y rostros. Oh, sí. Rostros inocentes, redondeados por la infancia y rostros difuminados que los años han ido borrando lentamente. Tantos nombres, tantas aventuras. Los nombres me han ensañado el valor de la amistad, la sinceridad; las aventuras me han mostrado que el camino tiene bifurcaciones, decisiones, que hemos de saber tomar sabiamente. He recordado historias que jamás debí olvidar, que hace años me hubieran mostrado un camino más claro y seguro. Pero el tiempo y años han hecho mella en mí. Mi capacidad de moverme es tan limitada… Hay algo en mi interior que me dice que mi misión en la vida ha concluido, que mi existencia actual lo único que hace es molestar, ¿es cierto? La respuesta no la poseo yo y puede que no la posea nadie nunca. Pero hace tiempo que aprendí que, en ocasiones, es más importante mirar el presente que girar la cabeza y mirar el pasado, o forzar mucho la vista teniendo demasiado en cuenta el futuro. Pero el tiempo de infancia sucedió hace muchos, muchos años y es algo que nada ni nadie hará volver.

domingo, 4 de diciembre de 2011

"Quizá" II: la promesa sin cumplir (castellano)

Se oían espadas lejanas, flechas silbando, prácticamente imperceptibles, y decenas de hogueras repartidas aquí y allí. Pero el joven caballero sólo oía el sonido del viento y miraba la Luna como si no existiese nada más bello. Tras un suspiro, se giró y subió a su caballo blanco que aguardaba detrás. Con un chasquido comenzó a andar al paso, acercándose más y más al ruido de escudos, lanzas y sangre derramada y alejándose de los árboles que les mantenían seguros y escondidos. En ese momento, la brisa le trajo unas tristes palabras seguidas por un beso dulce y sincero. El joven caballero sintió como le temblaban las manos y, levantando la cabeza, contestó a ese desesperado ruego:
"Mi vida, mi sol, mi cielo azul, mi Luna en las oscuras noches, mi amor más grande, mi tesoro más preciado... ¿Son tuyas estas palabras que me ha traído la noche? ¿Acaso rezas por mí cada noche? ¿O, quizá, esta súplica pertenezca a otro caballero?
Quizá ya te hayas olvidado de mí. Mas yo te recuerdo cada día, cada vez que me despierto, cada vez que sueño. Sé que, quizá, cada día sea el último. Cada batalla es una oración continua para seguir vivo al llegar la noche.
 Cuando cojo la espada recuerdo dónde estoy y qué estoy haciendo aquí. Entonces, siempre pienso en ti y en cómo me gustaría estar contigo de nuevo. Lo sueño cada noche, pero quizá sean recuerdos o quizá son simples sueños. Al marchar, te juré que volvería, que no sería un viaje sin retorno, que nunca estarías sola. Ahora me he dado cuenta que, quizá, estaba equivocado. Quizá mi promesa se quede sin cumplir. Al final, te habré fallado como siempre temí.
¿Por qué el mundo es tan injusto? ¿Dónde quedan esos días pacíficos? ¿Cuándo nuestras preocupaciones pasaron a ocuparse de la muerte? Quizá lo hicieron desde el principio. Quizá no fuimos capaces de verlo. Quizá fuimos niños demasiado tiempo.
Vida mía, no hay nada que desee más que volver a tu lado. Abrazarte y susurrarte que todo irá bien, que estamos juntos, que sueño con tu cabello rojizo. Quizá no pueda volver a apretarte la mano cada vez que te estremezcas por el desarraigado aullido de un lobo solitario. Sólo de pensarlo me vuelvo loco, o quizá la guerra ya me haya enloquecido.
Amor, ojalá nunca conozcas la guerra como he hecho yo.Ya no sé a cuántos soldados como yo he matado y eso me está consumiendo el corazón. Quizá, detrás de cada una de sus espadas, haya una historia como la nuestra: otra bella carita con mejillas rosadas y lágrimas contenidas que espera su vuelta. No dejo de pensar que, quizá, me acabará tocando a mí. Quizá mi escudo no sea tan imbatible como el herrero me hizo creer. Quizá mi espada me falle pese a su empuñadura de esmeraldas. Al final, ¿qué más da todo eso? El filo de la espada es lo único que cuenta. Quizá la armadura, que me pusiste antes de marchar, no sea suficiente. Y, ¿sabes?, siento no haber sido un héroe hasta ahora. Pero los héroes siempre acaban muriendo y, en esta guerra, ya he visto demasiados héroes... todos caídos. Puede que, al final, consiga salir de aquí vivo... Sería demasiado perfecto, ¿no? He descubierto que la realidad es de todo... menos perfecta.
 Así que, ¿qué harás sin mí? Por favor, sigue viviendo, sigue amando, sigue descubriendo el sol cada mañana y la Luna cada noche. Pero, por favor, guarda mi recuerdo. Quizá, de aquí unos años, cuando hables a tus hijos de tu juventud recordarás que yo te amé. Por favor, recuerda mi nombre y mis ojos, nuestras manos entrelazadas y las miradas cómplices. Quizá todo eso marche conmigo al morir. Quizá ya lo has olvidado.
O quizá yo vuelva algún día. Quizá podré abrazarte antes de lo pensado. Quizá nuestras manos estarán juntas antes del próximo invierno. Quizá podremos recordar juntos esos días en el castillo, cuando sólo éramos niños que jugaban a ser un príncipe valiente y una hermosa princesa. Quizá podremos volver a ver la corte y la guerra como una aventura lejana, historias que no son la nuestra. Quizá otro paseo a caballo por el bosque..."
Nadie lo vio. Nadie pudo verlo. Los árboles y la oscuridad jugaron a su favor. Un movimiento rápido, preciso, silencioso y letal. El caballo blanco, al ver y oler la sangre, se encabritó y salió galopando de allí. El cuerpo cayó pesadamente al suelo por la armadura y comenzó a formarse un charco carmesí sobre la hierba. El culpable se escapó entre las sombras. La espada, con una bella empuñadura de esmeraldas, permanecía en la mano de su dueño, leal hasta el último momento.
 Una nube fue empujada por el viento nocturno y la Luna vio unos ojos verdes ya vacíos de expresión y un "quizá" lleno de esperanza que todavía se asomaba por los labios del joven caballero. A lo lejos, un lobo aulló, un corazón se rompió y comenzó a llover. Quizá para siempre.

sábado, 3 de diciembre de 2011

"Quizá" I: el ruego (castellano)

La Luna bañaba de plateada luz la ventana abierta, aquella donde la dama miraba la noche, apoyada en el alféizar, con su bello camisón blanco. Respiraba lentamente y, de pronto, comenzó a hablar en susurros con las estrellas:
"Quizá vengas mañana. Quizá no vuelva a verte jamás. Quizá no vuelva a salir el Sol. Quizá ésta sea tu última noche. Quizá, algún día, volveré a sonreír sin falsedad. Quizá nos queramos para siempre. Quizá...
Ver como te ibas, encima de tu caballo blanco, fue muy duro. ¿Volverás? Quizá. No depende de mí, pero sé que tampoco depende de ti. Quizá del destino, quizá de Dios, quizá de nadie. Aun así, te ruego que escuches mi más desesperada súplica: blande tu espada fuerte y sabiamente, que ninguna flecha traicionera llegue a rozarte, no permitas que ninguna lanza hábil se te lleve de mi lado. Por favor.
Rezo por ti cada noche, ya es lo único que me ayuda a olvidar el frío que trae la Luna últimamente. Y es que estoy triste sin ti, pero sé que debes de estar allí cumpliendo con tu deber y protegiendo tanto tu honor como el de los tuyos. Mas ojalá estés aquí, bien pronto, y podamos ver juntos amanecer, como tantas veces hicimos antes. Amor mío, no puedo evitar añorarte cada segundo del día y pensar que quizá no vuelvas. Quizá.
Mientras te vestía con tu armadura, justo antes de partir, sentía como el miedo me roía por dentro, y supe ver que a ti, pese a las palabras de fingida confianza, también te sucedía. Te observé toda la noche y vi como el temor te cubría el corazón, se infiltraba en tus sueños y te daba una noche llena de pesadillas. Quizá la última noche juntos.
Me gustaría escribirte una carta, pero no encuentro las palabras y tampoco sé qué contarte porque, aquí, todo sigue igual. Eres tú quien tiene novedades. Espero que las noticias que, pronto, me traigan de ti no sean un escudo con tu blasón y un "lo lamentamos, luchó hasta el final con valentía". ¿Es mucho pedir? No me importa que no seas tan valeroso como los héroes de las historias.
Quiero volver a ver tus ojos verdes, tu cabello rubio y quiero poder cogerte, de nuevo, la mano. Otro paseo a caballo por el bosque de otoño o de primavera, qué más da. Pero quizá todo se quede en un sueño...
Así que, a falta de pergamino y pluma, hago sonar mi triste voz esta noche, aquí, y envío estas desesperadas palabras a las estrellas, a la Luna y al viento. Son la tenue esperanza de que, algún día, te lleguen y recuerdes que yo espero tu regreso. Quizá no sea más que una vana ilusión. Una ilusión como la de aquellos cuentos de hadas que, alguna vez, nos contaron de pequeños. ¿Recuerdas? Cuando sólo éramos niños, y la guerra y el amor sonaban a leyendas lejanas y complicadas. Asuntos que jamás nos iban a preocupar.
Ahora me doy cuenta que, quizá, tu viaje no tenga regreso..."
La dama lanzó un dulce y sincero beso a la noche... después, una lágrima fugitiva se escapó y formó un pequeño diamante en la fría piedra del suelo. Quizá una tímida estrella caída del cielo por la tristeza.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Introducció al meu Treball de Recerca (català)

 Aquí comença el meu Treball de Recerca, un curiós viatge a través del DNA, els seus components i les seves formes de funcionar. Tot amb l’objectiu desbrinar si utilitzant un compost, tan simple i comú com la sal, podem controlar-lo a voluntat. Passarem per programes de bioinformàtica, E. Coli’s manipulades genèticament i diferents articles científics que ens ajudaran a aclarir les misterioses maneres amb les quals el DNA controla l’expressió d’uns o altres gens, i si alguna d’aquestes podria ser, senzillament, la sal comuna: el clorur de sodi (NaCl). 
La meva primera simulació del DNA

lunes, 21 de noviembre de 2011

El Temps (català)

 El Temps: allò que passa sense passar; que sense canviar res, ho canvia absolutament. El Temps, invisible i discret, silenciós i inexorable. Tan petit que se t'escola entre els dits, tan gran que ningú no s'escapa d'ell. Capaç de fer-te somriure i plorar alhora. Escriure sobre ell és quasi tan inútil com intentar parar-lo. Pel Temps que no hi ha ni present ni futur, ni ahir ni demà, un no-res sense fi. I és tan difícil que no trobo les paraules, i és tan difícil de descriure'l que sembla que se'n rigui de nosaltres.
 El seu pas sempre deixa fondes petjades, marques que ja ningú podrà esborrar perquè són massa profundes, perquè és massa tard; perquè el Temps sempre va al mateix compàs que nosaltres i, alhora, sempre va per davant. El Temps, un altre món lligat irremeiablement al nostre.
 I es podrien dir tantes coses del Temps, i es podria dir tan poc del Temps... Va i ve, marxa i torna, creu que no ens adonem de quan corre o quan es cansa i va a poc a poc. De vegades ens avisa que la pròxima serà la nostra estació; d'altres, passa la porta oberta sense dir-nos res, i quan la veiem ja és massa tard. El Temps té aquesta qualitat: sovint aconsegueix que sigui massa tard per tantes i tantes coses.
 Temps, sovint t'odiem sense saber el perquè. Temps, a vegades t'estimem amb un amor cec. Així que, Temps, vine i queda't per sempre, fes aquest moment etern; o marxa i no tornis mai més al nostre costat.

El Tiempo (castellano)

 El Tiempo: eso que pasa sin pasar; que, sin cambiar nada, lo cambia absolutamente todo. El Tiempo, invisible y discreto, silencioso e inexorable. Tan pequeño que se te cuela entre los dedos, tan grande que nadie escapa de él. Capaz de hacerte sonreír y llorar a la vez. Escribir sobre él es casi tan inútil como intentar pararlo. Para el Tiempo que no hay presente ni futuro, ni ayer ni mañana, una nada sin fin. Y es tan difícil que no encuentro las palabras, y es tan difícil describirlo que parece que se ría de nosotros.
 Su paso siempre deja hondas huellas, marcas que ya nadie podrá borrar porque son demasiado profundas, porque es demasiado tarde; porque el Tiempo siempre va al mismo compás que nosotros y, a la vez, siempre va por delante. El Tiempo, otro mundo ligado, irremediablemente, al nuestro.
 Y se podrían decir tantas cosas del Tiempo, y se podría decir tan poco del Tiempo... Va y viene, se va y vuelve, cree que no nos damos cuenta de cuando corre o se cansa y va poco a poco. A veces, nos avisa de que la próxima es nuestra estación; otras, pasa la puerta abierta sin decirnos nada, y cuando la vemos ya es demasiado tarde. El Tiempo tiene esta cualidad: a menudo consigue que sea demasiado tarde para tantas y tantas cosas.
 Tiempo, a menudo te odiamos sin saber el porqué. Tiempo, a veces te queremos con un amor ciego. Así que, Tiempo, ven y quédate para siempre, haz este momento eterno; o vete y no vuelvas jamás a nuestro lado.

sábado, 29 de octubre de 2011

Queriéndote (castellano)

Abrazarte. Mirarte a escondidas. Cogerte la mano cuando estás cerca. Entrelazar mis dedos y los tuyos. Que me hagas reír. Ponerme tu chaqueta cuando hace frío. Hacerte reír. Dormirme a tu lado. Quererte hasta que duele el corazón. Oír tu voz hablándome, da igual de qué. Que me consueles cuando estoy triste. Contarte cosas sinsentido. Bailar contigo hasta que los pies digan basta. Sonreírte cuando te cazo una mirada furtiva. Besarte. Secarte las lágrimas. Reír juntos hasta no poder respirar. Que me susurres cuánto me quieres. Que me lo demuestres cada día. Discutir hasta que me calles con un beso. Acariciarte como un pequeño tesoro. Compartir un helado. Volvernos locos juntos. Descubrir los secretos de la noche contigo. Ver juntos amanecer, tanto el día como la noche. Descubrir tanto amor en esos ojos tuyos. Intentar que los míos también lo dejen ver. Robarte el corazón con una mirada. Que me escuches cantar hasta perder la voz. Delirar juntos hasta perder la realidad. Soñar contigo cada noche. Volar juntos a lugares donde no existe el mañana. Envejecer a tu lado. Arrancarte una sonrisa con cualquier payasada. Tardes contigo y un café. Que me hagas tan feliz. Pero lo más importante es que me dejes hacerte tan feliz como tú a mí.

lunes, 17 de octubre de 2011

La llegenda que el vent m'explica (català)

BSO: http://www.youtube.com/watch?v=vrLHOxxMqeY&feature=related

El vent m'acaricia la cara i, d'entre els seus mil dits i els seus inquietants xiuxuejos, distingeixo una història, una llegenda que em porta a centenars d'anys enrere, a paratges llunyans, però estranyament familiars... Un bosc amb diferents arbres, però al cap i a la fi, és el mateix bosc i me'l conec a la perfecció...
 Aquí, al penya-segat, amb el mar metres avall, però el seu perfum salat venint cap a mi, com un petó entre la foscor, sento que sóc feliç deixant-me endur. El vent, la terra, el cel i el mar, tots junts, volen portar-me a aquell temps passat, quan tot això era el mateix, però diferent lloc alhora. Ni tan sols jo sóc capaç d'explicar-ho... només tanco el ulls i em deixo portar, confio en tots ells, sé que no em volen fer mal, mai volen fer mal a cap ànima.
 I veig castells en els seus temps de glòria, cavallers dins brillants armadures, dames que volen el seu trobador guerrer, cartes que mai arribaran al seu destí... Em passejo pels prats i els pobles, sento sorolls que fa segles que no s'escolten, olors que no s'ensumen des de fa generacions, i noto la màgia al aire, cavalls que porten prínceps passant pel meu costat, tristeses i alegries tan reals com les meves, sentiments igual d'humans i fràgils...
 Sento que floto, que he marxat a un lloc d'on ja no s'hi torna, que t'atrapa amb les seves belles cançons i els versos perfectament rimats. Sé que em vull quedar aquí, que és massa meravellós com per ser-hi només un instant... Però el vent, la terra, el cel i el mar, tots junts, em recorden que no és el meu lloc i, a poc a poc, desfan tot allò que havien construït al meu voltant: els castells queden fets runes, els cavallers moren a les guerres, les dames veuen marxar el seu amor amb una princesa més jove i bonica... Tot es fa miques a poc a poc.
Crido.
 Per què? Per què no puc tornar? Puc ajudar-los, ajudar-los perquè els seus somnis es compleixin, fer arribar les cartes que, d'altra manera, es cauran sobre un roser i les espines trencaran les paraules, esgarraran tots els sentiments que hi ha dins, tot en un sospir.
 Però el vent, la terra, el cel i el mar, tots junts, em fan tornar al present i em recorden, amb melancolia, que tot això només és un bell pedaç de la història que ha desaparegut per sempre més, focs que s'han apagat i mai més revifaran.

miércoles, 12 de octubre de 2011

El cuento imperfecto (castellano)

Y llega un día en que descubres que en el mundo no siempre brilla el sol. Primero descubres tus propios defectos y te decepcionas a ti misma al ver que, a diferencia de lo que pensabas cuando eras pequeña, no eres una princesa, que no eres esa niña de los cuentos, que las historias no hablan de ti. Pero lo asumes y te propones mejorar para, al final, no para ser la princesa del cuento, sino para escribir tu propio cuento, donde tú quizá no seas perfecta, pero la gente que te rodea lo será.
 Pero, poco a poco, creces y, a medida que estás más arriba, ves más y más que el mundo no es perfecto y, en definitiva, que nadie lo es.
 ¿Nadie? Siempre queda alguien que, para nosotros, es nuestro icono, nuestro ejemplo a seguir, esas personas que piensas que siempre toman la decisión correcta, que tienen una moral impecable y crees que nunca llegarás a ser como ellas pese a que lo aspiras con ganas. Siempre te queda alguien en quien confiar ciegamente, alguien que sabes que nunca se fallará a sí mismo ni a los demás, alguien en que todo el mundo se apoya al cojear, que ojalá fueses que como esa persona que nunca se equivoca y siempre consigue lo que se propone. Esas personas que estarán contigo en tu cuento perfecto.
 Y, finalmente, llegas a ese momento en que ni siquiera tus más perfectos ejemplos se salvan, el instante en que te das cuentas de todos sus defectos, que no eran tan buenos como parecían, y, sin saber por qué, sientes que te han fallado, que en cierta manera te han mentido, cuando en realidad lo que ha pasado es que no te han mostrado toda la verdad cuando pensabas que lo sabías todo. Te sientes sola, porque entre las páginas del cuento sólo estás tú, que el cuento que siempre te contaron es mentira, no se corresponde al mundo real y, furiosa, rompes sus bellas y tristes páginas.
 Y ése es un momento duro, difícil, porque es el momento en que te haces mayor de golpe, en que la infancia se queda, definitivamente, atrás, guardada cuidadosamente en un cajón del que sabes que ya no saldrá, así como los pedazos del cuento. Cuando descubres que ni tú eres perfecto, ni que nadie lo es, que el mundo está hecho para alegrarnos y decepcionarnos a partes iguales, que hay el mismo rato de día que de noche a lo largo del año, que hay los mismos días de verano que de invierno. Porque cuando tus iconos caen, sólo puedes agarrarte a lo bueno que hay en ti y en el resto de personas, pero sabes que ya nunca desearás ser otra persona, porque todos tenemos luces y sombras y nadie es más luminoso que otro... no existen esos cuentos perfectos en los que siempre creíste.
 Y deseas ignorar a conocer, hacerte pequeño en vez de envejecer, pero ya es demasiado tarde, la verdad te ha hecho madurar de golpe y ése es un paso que no tiene marcha atrás, ya se han borrado todas las letras del cuento, de pronto ni siquiera eres capaz de recordar de qué iba: es el momento de empezar con una nueva página en blanco.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Perteneceré a ese lugar para siempre (castellano)

Daría cualquier cosa por volver a ese momento, aunque sólo fuese un instante, un efímero instante, a ese mágico lugar, allí donde mi alma está en paz. Donde los arboles son altos, frondosos, son tu escudo contra la lluvia, la noche, la luz demasiado brillante, el miedo; mas es un lugar mágico, luminoso, donde los sueños se vuelven algo tangible, que puedes acariciar con la punta de los dedos, puedes probar su dulce sabor.
 Hay arroyos sobrevolados por pequeñas hadas de colores, finas como la niebla, de risa tan cristalina como las frías aguas que bajan de la montaña. Centenares de pájaros que, apoyados en las altas ramas, entonan una bella melodía, la música del bosque que, de noche, suena con la voz de los búhos, que forman un bello dúo con los reyes de la oscuridad: los lobos. Hay quien los llama asesinos, demonios, corazones corruptos que no han encontrado el camino de vuelta al Origen; pero yo creo que son más bien fragmentos de la magia de la Naturaleza que han decidido formar parte de este mundo mortal, recordándonos lo letal que puede ser la belleza, lo preciosa que puede ser la noche, que no podemos cambiar las leyes del mundo a nuestra voluntad, fragmentos de magia que lloran, cuando el sol se va, por todo el dolor del mundo, por todos los corazones rotos, todos los sueños hechos pedazos, trocitos tan pequeños que ya nunca se podrán reconstruir.
 Y estos bellos lobos habitan este lugar en el que, una vez, viví; donde la vida me pareció más dulce que la miel, más fresca que la brisa, más vibrante que el bosque entero. Allí, entonces, supe que era mi lugar; que yo pertenecería, por siempre jamás, a ese bosque: donde las estrellas se confunden con la Luna, donde el Sol brilla cada mañana con renovada fuerza, como si cada día fuese un nuevo soplo de vida, de valor, de belleza, de felicidad.
 Una armonía que nunca más he vuelto a sentir... galopar entre esos árboles que fueron mi casa, mis paredes, me acogieron y me dieron de comer, conocí a mis nuevos compañeros de la vida, sentí el contacto de la tierra húmeda entre los dedos, el olor a hojas marchitas, el ruido del agua al correr, la música que sonaba día y noche...
 Pero me arrancaron de ese lugar y ahora no sé dónde ir porque no sé volver allí; estoy sola en este gran mundo, sola y triste... sólo tengo ganas de llorar y volver a mi hogar. Daría lo que fuese por volver... tan sólo instante.

BSO: http://www.youtube.com/watch?v=ggbcKx3yitw

martes, 20 de septiembre de 2011

El viajero (castellano)

El viajero solitario, incansable. El hombre que recorre leguas y leguas en silencio, sólo consigo mismo, a lomos de su veloz caballo tordo. El cansancio no le pesa o quizá le pese tanto que ya no se da cuenta de ello; tantas noches sin dormir que ya ha olvidado qué es soñar.
 Nadie sabe qué busca o a dónde va, pero avanza de posada en posada, de bosque en bosque, cerrando los ojos sin dejar nunca de vigilar, como si esperase que cualquiera fuese su más letal enemigo. Es una sombra en la noche, un espíritu libre y preso a la vez.
 En los ojos del viajero refulge la desconfianza, la perspicacia y las ganas de ocultarse a sí mismo, de ser un anónimo más; pero bajo todo eso quizá puedas ver una chispa de esperanza y tristeza a la vez, recuerdos lejanos de lo que, una vez, fue una vida feliz o quizás tan desdichada que huye de ella. Siempre en marcha, siempre recorriendo caminos, siempre cruzando bosques y campos.
 Se acopla a una caravana si ve que con ello conseguirá comida caliente y noticias nuevas de voz de algún juglar ambulante. Aunque no hablará. Cierra los ojos y suspira, deja que la música fluya en la noche y desea ser una estrella, de ésas que brillan cerca de la Luna, a lo mejor, así, su cansado y curtido corazón hallará descanso. Antes de que salga el Sol, el viajero ya habrá abandonado la compañía y no quedará rastro de él, como si jamás hubiese estado, como si la noche anterior sólo hubiese habido la presencia de un silencioso fantasma.
 Y dicen que al viajero le sigue una gran águila real, hermosa como ninguna, que pasa horas lustrándose sus pardas y doradas plumas, que sabe cuál será el siguiente destino del viajero. Dicen que roba para el viajero; dicen que es la amada del viajero, muerta años atrás en extrañas circunstancias; dicen que no es más que la Muerte que espera el momento oportuno para llevarse al viajero; dicen que son los remordimientos del viajero que jamás le abandonarán; dicen que el águila es un dios, porque dicen que el viajero es un hijo de dioses.
 Se han escrito canciones y poemas sobre el viajero, pero nadie sabe todavía quién es, nadie sabe dónde va, nadie sabe qué busca, nadie sabe cuándo se lo va a encontrar en cualquier camino, nadie sabe de qué color es su alma, nadie sabe de qué bando está o si realmente está en algún bando, nadie sabe qué será de él, nadie sabe qué le sucedió, nadie sabe por qué le llora a la luna, ni por qué reza a los dioses con tan bellas plegarias que harían llorar a bárbaros.
 El viajero cabalga de día y de noche, el viajero sigue su eterno camino.

BSO: http://www.youtube.com/watch?v=p_I8zhazCdE&feature=related

sábado, 10 de septiembre de 2011

Se acerca el invierno o el verano se va (castellano)

Unos dicen que se acerca el invierno, otros que el verano se va discretamente; yo sólo sé que, a partir de ahora, los días serán cada vez más cortos, más fríos y no sé si eso los hará peores o, simplemente, diferentes: más tranquilos, menos locos, tal vez sí más aburridos, pero quizá igual de intensos. Seguramente echaremos de menos el sol, la playa, las noches cálidas que son cortas y eternas al mismo tiempo, los horarios descontrolados y ese espíritu que, sin saber por qué, nos invade a todos cuando los días son calurosos, largos y... libres.
 Tenemos la sensación de estar entrando en una noche larga, fría, oscura y deseamos que se haga de día bien pronto. A veces olvidamos, que el invierno tiene sus encantos, sus pequeños detalles, helados y hermosos, que por un momento nos hacen olvidar qué es el verano. Es por eso que el invierno vuelve cada año, el motivo por el cual el verano desaparece de pronto, sin dejar rastro. Y es que, aunque no haya sol, brillan las estrellas y, por encima de ellas, la Luna con sus idas y venidas.
 De esta manera, pasamos el invierno y el frío se va y se lleva con él los días cortos y el silencio demasiado profundo, para dejar paso a un nuevo verano, que esperamos durante meses y que devuelve la calidez al aire, al mar y a nuestras vidas, adormiladas y heladas por el largo invierno.
 Así pues, ahora dejamos atrás este verano, para adentrarnos en este nuevo invierno que promete ser tan frío como el resto, pero menos oscuro y silencioso, un invierno suave... creo que se llama otoño.

viernes, 2 de septiembre de 2011

La nit (català)

La nit, aquelles hores en què tot es para, on el temps comença a anar a poc a poc fins que sembla que s'atura. La foscor i el silenci es barregen, s'entrellacen, per a arribar a un moment en què tot està quiet, fosc, en silenci, en una pau que la llum sempre s'emporta al despertar el matí.
 La lluna i les estrelles ballen en una estranya, però bella, dansa: cada nit, abans de la posta de sol ja juguen i fins al trenc de l'alba no deixen aquest joc perfectament harmoniós, sincronitzat, com si no hi hagués demà. El seu etern i impossible amor que sempre balla, ho intenta, i l'esperança s'esvaeix cada matí, com la boira matinera, per tornar quan la nit torna a vestir el seu vestit ple de petits i brillants diamants, com llàgrimes congelades, congelades en el temps, sentiments congelats, però càlids.
 I jo, tan lluny de tots ells, tan petita al seu costat, tan insignificant... jo em limito a contemplar-les, a veure com ploren sempre que arriba el Sol i, resignades, marxen fins la següent nit. Em sento, respiro, bec de la tranquil·litat de la nit i la faig meva, intentant ser un membre més, com la Lluna i les estrelles, com el silenci i la foscor, com el lent compàs del temps que, inexorable, apropa de nou el matí.
 Podria mai ser realment un d'ells? Convertir-me en una ombra més i confondre'm amb tots ells? Deixar de ser una simple ànima humana, petita i fràgil, en mig de l'univers, immers en l'eterna nit, per poder formar part de la màgia de la nit, compartir els seus secrets, la seva pau...
 I fins desitjar que mai arribi l'endemà, que sóc feliç així, aquí i ara, que el matí no té perquè venir mai més.

martes, 9 de agosto de 2011

Preparando el gran salto (castellano)

 Ya tenía un objetivo en su vida por el que luchar. Hasta entonces el único sueño que perseguir había sido la universidad. Oh, sí. Ésa había sido su única meta concreta: alcanzar la carrera que quería estudiar, pero lo que vendría después siempre había sido un interrogante, algo en lo que evitaba pensar para no darse cuenta que sus sueños no eran muy ambiciosos y que no sabía qué esperar de la vida.
 Después del colegio la universidad, ¿y luego qué habría? Nada pensado, nada deseado especialmente... hasta ese momento. Ahora ya tenía un nuevo objetivo, sabía cual sería el siguiente paso: un gran salto. Pero debía ser precavida, era arriesgado, aunque no tenía miedo, sólo emoción y ganas de que los años pasasen en un suspiro.
 Todavía no sabía qué quería de la vida más allá de estos pocos años próximos, pero al menos ya sabía donde encontraría la respuesta. Oh, claro que lo sabía.
 No es consciente que su mundo y sus sueños han dado la vuelta con sólo tomar la decisión de querer saltar y abrir una nueva puerta. Sólo se da cuenta de que algo importante ha cambiado, pero aun no sabe qué es y siente que ya no puede pararlo.
 Pero no... espera... te estás avanzando demasiado, joven aventurera, hay que ir a poco a poco y con pies de plomo. No, no te apresures tanto, tienes todo el tiempo del mundo. Ahora tienes cosas más importantes que hacer si realmente quieres saltar.
 De momento, sólo prepárate y asegúrate que los pasos anteriores al salto son firmes y dejan huella, es lo más importante por ahora; el resto ya vendrá, no tengas tanta prisa.
 Antes era la universidad, ahora tienes otro sueño mucho más ambicioso, pero no por él te olvides de tu objetivo principal del momento. Habrás de subir muchos peldaños, nada fáciles, para poder saltar sin hacerte daño. No puedes saltarte todo lo que viene antes porque también es muy importante y bello, no necesitas ir tan deprisa... tu oportunidad llegará, sólo has de ser paciente y cumplir con todo aquello que se espera de ti ahora.
 No olvides el resto de tus sueños por uno solo, por muy grande y brillante que sea. Ya has invertido demasiado en los demás como para dejarlos aparcados así. Además, algunos de ellos serán tu billete de ida... sabes bien que el de vuelta no está asegurado. Si saltas al vacío en plena oscuridad no sabes lo que te encontrarás abajo: tal vez más vacío... o un lugar lleno de luz y recubierto de cojines para que la caída no sea más que una mera transición suave, comparada con todo lo que te espera en el sitio al que has llegado, tan lleno de luz...

sábado, 6 de agosto de 2011

Australia: decidida la mayor aventura de su vida (castellano)

 Había tomado una decisión y nadie iba a hacerla cambiar de opinión. No podría ser entonces ni a corto plazo, pero poco importaba.
 Tardaría algunos años en marcharse, podía prepararlo todo bien, tenía tiempo suficiente y motivación de sobras. Iba a ser la mayor aventura de su vida y había de esperar el momento adecuado para que todo saliese bien.
 ¿Qué la movía a hacer algo así? Ganas de ser libre, de romper con todo, de empezar de cero por el mero hecho de hacerlo, de conocer gente totalmente nueva y diferente...
 ¡Ay, qué bien suena!, pensaba. Aun no sabía si sólo le comportaría unos meses de su juventud o, quién sabe, podría ser la decisión más importante de su vida. Un viaje que la cambiaría seguro.
 Con todo en una maleta, marchará a una nueva ciudad donde hablan otro idioma, donde no conoce absolutamente a nadie, donde la magia tal vez sí exista a su manera, habrá momentos de nuevas y excitantes emociones y otros de añoranza, lo sabe incluso antes de marchar. Mas sabe que irse a la otra punta del mundo para ser libre la hará feliz.
 Le sonaba un tanto paradójico que, dejando atrás todo aquello que tenía y amaba, pudiese llegar a sentirse completa y feliz. Pero ella era así, llena de sentimientos y pensamientos que, pese a no tener sentido, la hacían sentirse bien. Ésta era la locura más grande que nunca se le había ocurrido y, a la vez, era de lo que estaba más segura.
 Así, en unos años, se irá a ese lejano e increíble lugar a vivir la mejor experiencia de su vida... A Australia a aprender a vivir y a descubrir qué es lo que realmente quiere de la vida.

lunes, 18 de julio de 2011

Roma: la ciutat d'aigua i pedra (català)

 Una ciutat a la que el temps no l'importa, que sembla que els segles no la destrossin, només la transformin i el poder va passant dels uns als altres, mentre la cultura no sap fer res més que crèixer, evolucionar, superar-se a si mateixa i voler eclipsar-se entre ella. Hi ha un tresor a cada cantonada, cada pedra té la seva pròpia història i pot haver passat per infinitat de mans diferents, algunes potser de molt importants, i ara la veus tu, la toques tu i la contemples tu mateix, com si el temps no fos més que la destrucció d'algunes civilitzacions per fer crèixer d'altres, potser encara més esplendoroses... o no.
 Un gran riu creua la bella ciutat, i és que l'aigua és l'altre costat d'aquest lloc. Fonts precioses que apareixen a cada racó de la ciutat, a cada plaça, a cada palau... com si l'aigua fos un habitant més, un element essencial en la bellesa de tot plegat.
 S'han dit coses bones i dolentes de Roma i, segurament, tots tenen la seva part de raó, però el que no li podran retreure és la seva gran història, totes les llegendes i contes que amaguen les seves muralles: unes sobre una lloba, d'altres sobre déus majestuosos que movien el món a la seva voluntat, les vides de tantes persones que probablement mereixen ser explicades...
 És un lloc on la màgia bé podria existir, on la fe és quelcom més del que podríem imaginar i els llocs sagrats són vertaders llocs de culte perquè tots tenen la seva part de veritat.
 On una simple pedra vella pot contenir els secrets de tota una civilització: la seva història, la seva gent, les seves creences, els seus petits drames que tant s'assemblen als nostres... I tot en una ciutat on el temps no és més que un factor més que modela els seus carrers com tants altres, suposo que per això l'anomenen la Ciutat Eterna, una ciutat feta de pedra i aigua... i història.

domingo, 10 de julio de 2011

El tragafuegos (castellano)

 Las greñas rubias al viento, las manos grandes y curtidas, los brazos llenos de lametazos de espadas y fuego... Los ojos verdosos contienen las emociones de muchos años, de un corazón cansado y joven a la vez. Dolor, alegría, añoranza, amistad, traición, amor, miedo... Todo a la vez y cada uno por separado al mismo tiempo.
 ¿Por cuántas cosas habrá pasado él? Quién poseyese una respuesta tan codiciada y tan temida... Su voz es suave, como el sol de invierno, pero es capaz de convocar al fuego súbitamente. La piel es cálida, como si quiera recordar todo el fuego que aguarda en su corazón.
 Pero él retiene demasiados secretos en su alma y son cargas pesadas de las que nunca podrá deshacerse. Lo sabe. Lo asume. Pero pesa.
 Pese a todo, cada mañana encuentra un motivo por el que levantarse y siempre es el mismo. Unos cabellos oscuros, una voz hermosa... ella. Por ella esquivó a la muerte y por ella se entregará cuando llegue el momento. 

 Un personaje que me ha hecho soñar mucho más allá que la mayoría, y sí, lloré su muerte. Quizá sepas de quién estoy hablando... 

domingo, 3 de julio de 2011

¿Tan sólo palabras? (castellano)

Y así fue como lo vi. Un mundo maravilloso, lleno de colores, que hacía tanto que no veía. Tan lejano y tan cercano que parecía que podías tocarlo y, tan sólo rozarlo, se desvanecía. Como humo, como niebla. Una nube de sueños y sentimientos, de personas tan reales que, en el fondo, no son más que un espejismo, una mera ilusión.
 Es tan bonito soñar despierto, soñar a través de las palabras, y es tan intenso que, luego, eres capaz de recordar cada detalle y volver a soñarlo una y otra vez, pese a que sólo sea eso: un sueño. Dejar de ver palabras y distinguir, entre ellas, la historia que te cuentan, hasta que formas parte de ella de una manera tan real.
 Hay gente que jamás será capaz de sentir el prodigio, que no sabrá ver más allá de las letras y otra que sólo sabrá vivir a través de las palabras de una forma enfermiza.
 Hay mundos bellos pero tristes, otros llenos de miseria y otros donde la vida es tan apacible que se vislumbra su falsedad. Todas ellas te muestran otras formas de ver la vida, de sentirla y aprovecharla; algunas te harán sentir bien y otras te dejarán una sensación agridulce.
 Los escenarios son infinitos y muy variados, pueden ser un lugar lejano que jamás verás o el mundo en el que vivimos y que conocemos tan bien, mas las reglas serán las mismas.
 De vez en cuando, olvidamos toda esta magia, pero debemos recuperarla y darnos el placer de disfrutar de ella porque es una bonita manera tanto de evadirse como de, simplemente, soñar.

martes, 28 de junio de 2011

Por ti (castellano)

 Saber que durará para siempre, saber que no hay final, que el horizonte es infinito. Nosotros creíamos en eso, creíamos que estábamos por encima de tantas y tantas cosas que, al final, nos han vencido. Aun no sé en qué fallamos, quizá en nada, quizá en todo.
 Y ahora estamos así, tú delante de mí, yo delante de ti. No hay más palabras, no hacen falta o tal vez es que no encontramos las adecuadas. Tan sólo silencio. Un silencio triste, largo y solemne. Un silencio que despide todas aquellas risas, abrazos y lágrimas. Dice adiós a tantos y tantos momentos juntos que ya nunca volverán... ¿o sí?
 Nunca te he confesado las ganas de volver a verte y, ésta, quizá sea mi última oportunidad. No voy a dejarte marchar tan fácilmente. Lo creas o no, no me rendiré tan fácilmente.
 No, yo no me resigno a perder sin luchar. 

viernes, 24 de junio de 2011

Silenci (català)

Silenci. Entre tots dos hi ha silenci. Quietud. Com en una bassa d’oli. Silenci. Res més?... Dolor, al meu interior, dolor. Il·lusió: vana esperança, tènue llum al meu cor. Silenci. Foscor. Una falsa estrella al firmament... il·lumina, parpelleja i, de sobte, s’esvaeix. Foscor de nou. Silenci altre cop. Ni el rumor del vent. Ni el murmuri de les onades. Silenci. Foscor. Tot està igual. Tu potser rius. Jo ploro. Com ja he dit... tot està igual. Silenci. Quietud. Foscor. Silenci... que algun cop desapareixerà? En fi... silenci entre tu i jo. 

martes, 21 de junio de 2011

El maullido triste (castellano)

 Una sombra que salta de tejado en tejado bajo una tenue luz plateada. Un alma solitaria y herida que ya ha aprendido a convivir consigo misma.
 Ha oído gritos y risas malvadas, ha sufrido golpes y ha huido centenares de veces. Como la noche huye del día, es esquiva: un cuerpo ágil y escurridizo, que ya ha vivido suficiente como para saber que la desconfianza es vital.
 Ha visto morir y desaparecer muchos compañeros, sabe que su vida no es más que una prueba de supervivencia. Siempre fue así, no ha conocido otra forma de vida; aunque confía en que, algún día, todo este sufrimiento hallará algún consuelo: quizá tan sólo una carícia sin malícia, una lata de algo rico, algo que no sea desprecio o miedo.
 O quizá ese ser larguirucho de dos patas jamás será capaz de darle algo así...
 El gato sufre una herida en el alma que no puede lamerse.

viernes, 17 de junio de 2011

La conclusió del dia d'avui (català)

 Intentes fer les coses bé, actuar correctament per no sortir-ne malparat. Doncs bé, sovint passa que les coses surten del revés i el que intentaves arreglar t'explota a la cara.
 A vegades per culpa de la irreflexió, la impulsivitat, o perquè l'altra part no està disposada a escoltar-te, d'altres ocasions perquè ambdues coses es barregen i fan un còctel explosiu. I, d'aquesta manera, les bones intencions queden ensorrades sota la runa i agonitzen sota la decepció.
 Pot haver-hi ganes, il·lusió i desig de fer allò correcte, però, de cop, tot dóna la volta i el que havies fet es converteix en un "error" i vols deixar-ho córrer. Perquè preocupant-se pot ser que acabis pitjor que passant de tot, et preocupes per fer bé les coses i, al final, millor hagués sigut no haver fet res.
 Però hi ha quelcom que, de vegades, et xiuxiueja que tan se val les vegades que t'equivoquis, perquè has fet allò que creies correcte i el que els teus principis et deien, i fidel a un mateix s'ha de ser sempre.
 Et faran sentir culpable, voluntàriament o involuntària, i et faran creure que vas pel camí equivocat quan, únicament, vas pel teu propi camí.

jueves, 16 de junio de 2011

El soldado (castellano)

 Hace tiempo, no recuerdo el lugar, alguien me habló de un soldado. Un joven que quería defender algo, aunque no sabía el qué. Cogía el arma con fuerza y no dudaba en ser el primer voluntario para ir a primera línia de fuego. Como he dicho, tenía una determinación en algún objetivo, que todavía desconocía.
 Cumplió con el entrenamiento sin que un sólo lamento se le escapase de entre los labios. Era el primero en levantarse, el último en irse a dormir. El que hacía doble turno en la vigilancia nocturna. El que siempre cubría a los compañeros. El que comía la mitad para ayudar al herido. El que nunca hablaba. El que lloraba en silencio quién sabe por qué.   El soldado que arriesgaba su vida sin saber por qué, pero que no titubeaba. Aquél cuya misión quizá sólo fuese ser un peón más, pero uno valiente, fuerte, serio: el peón perfecto.
 El soldado que, sin dudarlo, se interpuso entre su compañero y una bala mortal. Quizá fue demasiado tarde cuando comprendí que ese soldado... era yo.

miércoles, 15 de junio de 2011

La mirada abandonada (català)

Un vell carreró solitari,
fosc, fred i inhòspit,
on ningú mai s’hi quedaria,
però ell no té altre lloc.

On va tenir una família,
només hi ha buidor,
on va jugar i córrer,
s’hi acumula la pols.

Per què?, pregunta.
Per què m’heu fet això?
Si jo sempre us he estimat,
per què ara estic tot sol?

L’adéu més dur,
el comiat més trist,
que mai podrà oblidar,
que el seu cor recordarà.

La mirada de confusió,
de pena, tristor i patiment
ni gana ni son ni set,
el gos de traïció pateix.

En aquella carretera,
aquell dia plujós,
sota aquells arbres,
l’amargor del dolor.

Ni una última carícia,
ni un últim adéu,
ni un coixí per dormir,
ni una corretja per sortir.

Aquells plors agònics,
aquell lladruc moix,
la cua entre les cames,
la carrera desesperada.

Potser mai l’estimaren
potser només fou un joc
que se’n cansen i llencen,
però amb sang i cor.

Aquí no s’acaben les piles,
l’amor és real i existent,
l’apreci tot verdader,
per ell no era un joc.

Era tota la vida,
l’amor i família,
amics i companys,
per sempre, ell pensava.

Inútil fou la cara bufona,
la mirada de suau sucre,
la cua de pura llaminadura
el cor de dolça xocolata.

Amb l’esperança buida,
amb el cor ferit i sagnant,
res curarà la buidor,
ni llet ni menjar.

Ni pilotes cridaneres,
potser paraules de consol,
una mà amable i bona,
algun gest carinyós.

El gos creu que tornaran,
que algun dia vindran
i de nou se l’emportaran,
però això no passarà.

Amb mirada plorosa,
el gos es consumirà,
davant la casa abandonada,
per sempre esperarà.

martes, 14 de junio de 2011

Nuestro cuento (castellano)

Gracias, gracias, gracias,
por hacerme soñar y volar,
por no dejarme sola
ni en mis largas pesadillas.

Gracias por todo,
por estar conmigo,
ahora y aquí, antes y allí,
pero he de decirlo.

Nuestro cuento acabó,
no sé exactamente cuándo,
pero ya se ha marchado
al cementerio de los sueños.

Nuestra historia descansa,
déjala en paz, es lo mejor,
de nada sirvirá ya
lamentarse o insistir.

En algún momento marchó,
para ya no regresar,
y los abrazos ya son fríos,
no contienen la emoción.

Aquellos días marcharon,
sólo están en la memoria,
bellos recuerdos difusos,
agradables y cálidos.

Aun así, lo reconozco:
gracias a ti, sólo a ti,
por hacerlos posibles,
fueron bellos tiempos.

Pero todas las historia
tienen su propio fin,
y ha llegado el momento
de acabar nuestro cuento.

El fuego ya se apagó,
no hay luz ni calor,
sólo cristales rotos
y brasas latientes.

No hay más páginas,
llegó el triste epílogo,
el oscuro punto y final,
y nuestras lágrimas.

Nuestro "vivieron felices"
se quemó en alguna hoguera,
junto con el resto del cuento
sólo toca ya acabarlo.

Pero yo no soy una princesa,
ni tú un príncipe azul,
no montamos caballos blancos,
ni vivimos en grandes castillos.

La manzana envenenada
es lo único que queda
de la magia y los sueños,
y tú y yo.

Quizá nos volvamos a ver,
alguna noche de verano,
con luna y una playa,
donde recordaremos.

Y, tras un último beso,
el último pedazo de ti
volará al cielo, muy lejos,
a reunirse con las estrellas.

domingo, 12 de junio de 2011

Ella llegia "Rimas" II (català)

 No hagués gosat mai interrompre-la, tan feliç que semblava ella, perduda en un roser de paraules. Però jo anava pensant en si apropar-me i convidar-la a un cafè o, fins i tot, a un sopar si les forces no em fallaven, o era massa arriscat?
 Vam arribar a la següent estació, on va baixar gairebé tothom, i és que hi havia mercat al costat d’on havíem parat. Però no vaig baixar i ella tampoc. Es van quedar algunes persones disperses pel vagó i un grup de nois al final que no inspiraven gaire confiança, la veritat. Semblaven de la ciutat i no de cap dels pobles del voltant, però no eren tan interessants i aviat els vaig deixar en pau.
 Ella no s’adonava de res, ficada com estava en els sentiments explicats amb una gràcia especial i genial, accessible a molt pocs. S’apartà un petit floc de cabells clars de la cara i se’l tirà enrere, però amb els ulls encara fixos en les pàgines, immutables.
 Continuàrem així un minuts, que jo no volia que acabessin mai; i, de mentre, resava perquè ella baixés a la mateixa parada que jo. Il·lusions.
 Però, de cop, tot canvià, això es nota en l’ambient. I la sensació, que duia arrossegant des del matí, s’intensificà.
 Els nois del fons van riure i es van aixecar, irradiant confiança en ells mateixos, quasi prepotència. Entre bromes grotesques i paraules gruixudes s’aproparen a ella.
 La màgia, que la noia havia creat entre el llibre i la seva ment, es va esvair tot d’una. Va  abaixar-lo i els seus ulls es van apagar. La llum de la poesia ja no hi era dins d’ells.
 Ella estava clarament incòmoda entre aquells nois malparlats i ordinaris. Jo volia intervenir-hi però tenia por.
 La cosa va anar pujant de nivell i, finalment, va esdevenir perillosa. Ja quasi eren amenaces que els nois li llençaven a ella.
 I m’hi vaig decidir.
 -Deixeu-la tranquil·la –em vaig col·locar entre ella i ells.
 Em contestaren de manera maleducada, quina sinó? Jo em vaig mantenir ferm.
 -Tio, més val que t‘apartis, si no vols que et “rajem”.
 Por? No, ja s’havia esvaït. Els hi treia uns pocs anys, però molta més educació i principis.
 -No –em vaig limitar a respondre.
 La resta de la gent del vagó s’havia adonat de la situació, però es mantenien a distància. Potser creien que jo era un nòvio massa gelós i, ells, uns nois amb ganes de tocar els nassos.
 Just en aquell moment, vam arribar a una altra estació. Tothom va baixar ràpid per fugir dels problemes i ningú no va pujar.
 Ella em mirava amb una barreja d’agraïment, por i confusió, però un home la va treure del vagó per protegir-la. Me’n vaig alegrar.
 I jo em vaig quedar sol amb aquells nois i llurs somriures perversos. Les portes es van tancar i el tren es posà en moviment.
 De cop, ho vaig entendre tot. Perquè ho saps, quan vas a morir, ho saps. No em va caldre veure les tres navalles esmolades, que van treure de les butxaques, per comprendre el perquè del pressentiment que em perseguia tot el dia.
 Però no tenia por, ni estava trist. Sabia que havia fet allò correcte, allò que la va salvar... a ella. Amb els seus ulls avellanats i el cabells portats de forma natural, el senzill vestit groc i les divertides ungles verdes, la seva emoció i el seu “Rimas”. Només lamentava no haver sentit la seva veu, encara que me la imaginava. Però, almenys, allò tenia sentit, el seu sentit.
 Abans que se’m tiressin a sobre, vaig pensar si mai hagués tingut realment el valor per preguntar-li el nom i si volia venir amb mi algun dia.
 Malgrat tot, sentia que el que havia fet era molt més que convidar-la una tarda a xerrar. I la mirada que m’havia fet, en l’últim moment, era tot el que em calia per afrontar la foscor que va seguir a imatges confuses tacades de sang.
 Perquè, després, tot ha sigut això: foscor i silenci... per sempre. Només em queda el record d‘ella, amb els ulls encesos d’emocions contingudes, llegint “Rimas”.

sábado, 11 de junio de 2011

Ella llegia "Rimas" I (català)

 El colom va creuar el cel blau. Blau intens, lluminós... calorós. En ell, una gran, enlluernadora i llunyana bola de foc feia caliu, potser massa i tot. El sol.
 Vaig sentir el cant d’un rossinyol, o un pit-roig? Mai n’he sabut gaire d’ocells. El lladruc llunyà d’un gos, qui sap, d’un pastor o d’alguna d’aquelles urbanitzacions  noves que estaven fent.
 L’aire, massa calent, m’espessia les idees; les neurones es tornaven mandroses sota la sufocant calor. Ni tan sols la brisa era fresca, res. Calor.
 La veritat, però, era que ben poc m’importava allò. Malgrat tot, m’hi fixava. No sé ben bé per què, potser volia captar tots els detalls que hi havia al meu voltant. La raó? Intuïa que anava a succeir algun fet diferent, especial; quelcom que, per bé o per mal, anava a ser important, decisiu, gosava dir en aquell moment.
 El què? No en tenia ni idea, però tenia aquella sensació des del matí, des que m’havia llevat tot just a les set tocades.
 Vuit hores més tard, estava allí assegut, a l’estació del tren, esperant sentir el quotidià soroll de la locomotora i l’avís des dels altaveus repartits per l’estació. Molt familiar tot.
 Però, aquell dia, tot era diferent: la llum, les olors, les sensacions... Tot tan conegut i, a la vegada, tan estranyament intens.
 Vaig tancar els ulls per gaudir del moment, de tot el que se m’oferia llavors, amablement, aparentment gratuït. I el truc on és? Potser no n’hi ha, se’m va ocórrer. Un pensament massa mandrós i és que, com he dit, el cervell em funcionava lent i a mitges.
 Pip, pip.
 L’inconfusible avís de l’arribada del tren. Vaig mirar el rellotge amb calma i vaig pensar: “caram, sí que arriba puntual, avui, el tren”. Una idea estúpida, en la parada del poble, en una petita vall, el tren sempre funciona bé, si no nevava, esclar.
 Doncs res, em vaig aixecar i encaminar cap a les portes sense córrer, amb la certa parsimònia que m’envaïa aquell dia. Vaig pitjar el botó perquè s’obrís la porta, i aquesta m’obeí amb els seus moviments mecanitzats habituals.
 Res semblava diferent a cap altre dia, excepte que jo ho vivia tot més i amb més calma sense saber-ne el motiu. Però m’havia despertat diferent que sempre.
 Potser és que arriba un dia en què et lleves i descobreixes que no cal fugir, escapar, perquè el que hagi de succeir, succeirà, perquè tot està escrit; però només depèn de com es llegeix el capítol escrit sobre un mateix: amb presses, per sobre, quedant-te només amb les idees principals o gaudir cada paraula, cada lletra, disfrutar de cada detall perquè no saps quin pot ser el punt i final. El punt i final...
 Vaig entrar al vagó. Hi havia gent, però no era hora punta i es notava, així que podia veure alguns seients lliures aquí i allà. Però jo no volia seure, sinó estar de peu, que diuen que és millor. Em vaig col·locar en un costat, prop d’una noia. I el tren va arrencar.
 Després d’una ullada ràpida a la resta de passatgers, decidí que ella era la persona més interessant per estudiar durant el trajecte. No l’havia vist mai, i quasi tota la resta ja em sonaven de vista.
 Vaig pensar que era maca, ella. Duia els cabells, d’un castany clar, recollits de forma espontània, natural, senzilla. Tenia els ulls de color avellana, a conjunt amb la lluent caballera. I portava un vestit groc, simple, de tirants, idoni pel temps que feia. Ella, junt amb les xancles una mica brutes, donava la imatge de ser en ple agost, però només érem al maig. Un maig especialment calorós.
 La pell era clara, una mica pigada, i la cara estava maquillada el punt per ser natural però ressaltar els ulls a la vegada. Del fi braç, li penjava una bossa blanca, no gaire gran, però perfecte per dur-hi l’imprescindible.
 Ella tenia la mirada fixa en el llibre que subjectava amb les delicades mans. Unes ungles impecables, se’m va ocórrer, de color verd a conjunt amb les dels peus, també tallades amb molt de compte. Ella llegia “Rimas” de Bécquer i, els seus ulls, deixaven entreveure l’emoció continguda en cada vers, en cada poema, en cada traç de tinta. Estava absorta, amb les galtes lleugerament rosades i un somriure mal dissimulat, provocat per cada lletra, magistralment col·locada, del llibre que devorava amb tant d’interès.
 Continuarà...