martes, 20 de septiembre de 2011

El viajero (castellano)

El viajero solitario, incansable. El hombre que recorre leguas y leguas en silencio, sólo consigo mismo, a lomos de su veloz caballo tordo. El cansancio no le pesa o quizá le pese tanto que ya no se da cuenta de ello; tantas noches sin dormir que ya ha olvidado qué es soñar.
 Nadie sabe qué busca o a dónde va, pero avanza de posada en posada, de bosque en bosque, cerrando los ojos sin dejar nunca de vigilar, como si esperase que cualquiera fuese su más letal enemigo. Es una sombra en la noche, un espíritu libre y preso a la vez.
 En los ojos del viajero refulge la desconfianza, la perspicacia y las ganas de ocultarse a sí mismo, de ser un anónimo más; pero bajo todo eso quizá puedas ver una chispa de esperanza y tristeza a la vez, recuerdos lejanos de lo que, una vez, fue una vida feliz o quizás tan desdichada que huye de ella. Siempre en marcha, siempre recorriendo caminos, siempre cruzando bosques y campos.
 Se acopla a una caravana si ve que con ello conseguirá comida caliente y noticias nuevas de voz de algún juglar ambulante. Aunque no hablará. Cierra los ojos y suspira, deja que la música fluya en la noche y desea ser una estrella, de ésas que brillan cerca de la Luna, a lo mejor, así, su cansado y curtido corazón hallará descanso. Antes de que salga el Sol, el viajero ya habrá abandonado la compañía y no quedará rastro de él, como si jamás hubiese estado, como si la noche anterior sólo hubiese habido la presencia de un silencioso fantasma.
 Y dicen que al viajero le sigue una gran águila real, hermosa como ninguna, que pasa horas lustrándose sus pardas y doradas plumas, que sabe cuál será el siguiente destino del viajero. Dicen que roba para el viajero; dicen que es la amada del viajero, muerta años atrás en extrañas circunstancias; dicen que no es más que la Muerte que espera el momento oportuno para llevarse al viajero; dicen que son los remordimientos del viajero que jamás le abandonarán; dicen que el águila es un dios, porque dicen que el viajero es un hijo de dioses.
 Se han escrito canciones y poemas sobre el viajero, pero nadie sabe todavía quién es, nadie sabe dónde va, nadie sabe qué busca, nadie sabe cuándo se lo va a encontrar en cualquier camino, nadie sabe de qué color es su alma, nadie sabe de qué bando está o si realmente está en algún bando, nadie sabe qué será de él, nadie sabe qué le sucedió, nadie sabe por qué le llora a la luna, ni por qué reza a los dioses con tan bellas plegarias que harían llorar a bárbaros.
 El viajero cabalga de día y de noche, el viajero sigue su eterno camino.

BSO: http://www.youtube.com/watch?v=p_I8zhazCdE&feature=related

1 comentario:

  1. "[...]tantas noches sin dormir que ya ha olvidado qué es soñar". M'ha encantat! Segueix així estimada escriptora meva :D

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